Isaac Hernández, uno de los bailarines más reconocidos a nivel mundial, es la imagen de la edición de septiembre de Vogue, donde comparte su experiencia tanto en el escenario como fuera de él. El mexicano debutará este otoño como primer bailarín en el American Ballet Theatre de Nueva York, interpretando a Solor en La Bayadère.

A lo largo de la entrevista, Isaac reflexiona sobre los desafíos físicos y mentales que enfrenta en su carrera. Su entrenamiento no solo implica un esfuerzo físico extremo, sino también una fortaleza mental para superar sus propios límites. Hernández también recuerda sus inicios en la danza, influenciado por sus padres, quienes le inculcaron la disciplina desde pequeño. Aunque en un principio soñaba con ser karateca, fue el ballet lo que terminó eligiéndolo a él.

Isaac ha roto barreras en un mundo donde la danza no es percibida como una opción profesional en muchos países, incluyendo México. Destaca la falta de apoyo y profesionalización en su país, en comparación con naciones como Cuba o Argentina, donde el ballet es parte de la identidad cultural. A pesar de estos obstáculos, Hernández ha logrado numerosos reconocimientos, como el Benois de la Danse en 2018.

Además de su exitosa carrera como bailarín, Isaac busca devolver algo de lo que ha recibido. Junto con sus padres, ha creado escuelas de ballet gratuitas en Guadalajara, beneficiando a más de 600 niños diariamente. También fundó Soul Arts Productions, una plataforma para mostrar el talento mexicano en proyectos artísticos de alto nivel.

El próximo gran paso en su carrera es su debut en La Bayadère, una obra que ha sido interpretada por grandes figuras del ballet. Para Isaac, más allá de la técnica y el esfuerzo físico, lo que lo define como artista es su pasión por vivir con intensidad, tanto dentro como fuera del escenario.