7 de Julio
El pasado 6 de julio, en conmemoración del 117º aniversario del nacimiento de Frida Kahlo, se inauguró la exposición «Kahlo sin fronteras» en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
La muestra, que incluye más de 120 fotografías, fue organizada por Cristina Kahlo, sobrina de la pintora, en colaboración con Javier Vázquez. La exposición presenta imágenes de los años 1950 a 1953, capturando momentos en los hospitales donde Frida fue tratada, incluida una en la que su pierna derecha fue amputada.
En una entrevista con El Sol de México, Cristina Kahlo compartió que en 2015 tuvo acceso a los archivos del hospital privado donde Frida recibía tratamiento. Entre los documentos estaban el expediente clínico y varias fotografías. Cristina mencionó: «Fotografié imágenes como la de Frida recibiendo a un matrimonio huichol en su habitación en 1950, y otra en la que hacía un teatro guiñol con marionetas de niños indígenas, también de 1950». Entre las imágenes también se encuentra una en la que Frida está pintando el cuadro «Viva la vida», que pertenece a la Fundación Televisa.
La exposición también incluye fotografías y cartas manuscritas de Frida dirigidas al doctor Leo Eloesser, así como una imagen de ella tomando una llamada telefónica en 1949 y recibos de las cuentas médicas pagadas por Diego Rivera. Cristina Kahlo destacó que estos documentos provienen del archivo del Centro Médico ABC, anteriormente conocido como The American British Cowdray Hospital.
Bajo la dirección de Valentina García, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo reabre sus puertas con esta exposición tras la rehabilitación del edificio. Cristina explicó: «La exposición lleva el mensaje de romper la frontera con el cuerpo e incluye información y fotos extraídas de los expedientes médicos de Frida. Además, rendimos homenaje a los doctores, enfermeras y camilleros que la atendieron durante sus cirugías y convalecencias. A ella le hubiera gustado este tributo».
Cristina Kahlo también resaltó cómo Frida, a pesar de estar hospitalizada, se mantenía creativa, realizando obras desde su cama y gestionando la colocación de sus obras por teléfono. «Se dejó fotografiar por Juan Guzmán porque sabía que una foto deja constancia de la vida de alguien», concluyó Cristina Kahlo.
