El combate entre Canelo Álvarez y Édgar Berlanga, que tuvo lugar como parte de las celebraciones de la Independencia de México, generó gran expectativa tanto por la fecha como por la rivalidad previa entre ambos peleadores. Berlanga, quien había lanzado varios comentarios desafiantes antes de la pelea, aseguraba que su estrategia de inteligencia sería clave para vencer al mexicano, pero Canelo demostró su superioridad desde el inicio, llevándose la victoria por decisión unánime.
A lo largo de la pelea, Berlanga se mostró cauteloso y defensivo, mientras Canelo fue tomando el control del encuentro. El momento decisivo llegó en el tercer round, cuando Canelo conectó un gancho que mandó a Berlanga a la lona, marcando el ritmo de lo que sería el resto del combate. Berlanga, aunque resistente, comenzó a evidenciar fatiga y adoptó una estrategia más defensiva, recurriendo a agarres para frenar los ataques de Canelo.
Canelo mantuvo la ofensiva durante los rounds siguientes, dominando con combinaciones de golpes al hígado y uppercuts, mientras Berlanga intentaba contener el embate. Aunque el puertorriqueño tuvo algunos momentos de respuesta, el mexicano nunca perdió el control de la pelea, y al finalizar, los jueces le otorgaron la victoria por decisión unánime.
Tras la pelea, Canelo se dirigió a su público con un mensaje de orgullo, destacando su experiencia al enfrentar tanto a peleadores experimentados como jóvenes, y reafirmando su posición como el mejor peleador del mundo en su categoría.