Renault ha decidido poner fin a su proyecto de motores de Fórmula 1, decisión que afectará directamente al equipo Alpine, que a partir de 2026 usará motores Mercedes. El director general de Renault, Luca de Meo, explicó en una entrevista con L’Équipe que la medida responde principalmente a razones financieras, aunque no fue fácil de tomar.

«Esta decisión es dolorosa, pero necesaria después de meses de análisis», comentó De Meo, quien reconoció el compromiso del equipo de Viry-Châtillon, encargado de desarrollar los motores. Sin embargo, mencionó que Alpine había perdido relevancia en la F1, y que la falta de visibilidad ponía en riesgo todo el proyecto. «Nos volvimos invisibles en la Fórmula 1, y en dos años más, todo habría colapsado», afirmó.

El bajo rendimiento en las últimas temporadas, sumado a la falta de inversión y patrocinadores, llevó a Renault a gastar aproximadamente 400 millones de dólares anuales en producción de motores y operación sin obtener los resultados deseados. Tras la salida de Fernando Alonso en 2022, la situación se agravó, ya que el equipo no pudo competir por los primeros puestos.

En 2026, Alpine reducirá drásticamente sus costos al comprar motores Mercedes, que costarán alrededor de 20 millones de dólares por temporada, una diferencia significativa comparado con los 400 millones actuales. Aunque Renault seguirá suministrando motores para las categorías F2 y F3, su presencia en la F1 será mucho más modesta.