Queramos o no, febrero mes del amor y la amistad. Esta temporada suele llevarnos a voltear a nuestra vida amorosa. Y en algunos casos también pensar en esa “persona” que nos marcó de forma especial en el pasado.
El decidir tener una pareja implica la necesidad de afiliación y estatus, lo cual repercute fuertemente en el área afectiva de las personas. Una de las etapas más bellas es el enamoramiento, sin embargo pocas veces se considera el final de la relación.
Cuando una relación termina se pasa por un primer proceso de negociación al no aceptar algo que ha dejado de existir. En este punto puede experimentarse anhelo por alguien más, y si este no sé consigue puede derivarse en frustración y desesperanza.
Esta desorganización, requiere un trabajo de forma integral y a conciencia sobre nuestros sentimientos y acciones. Cuando se ha pasado el duelo existe una reorganización del ser humano; se implementan nuevos patrones y los sentimientos dejan de ser dolorosos para convertirse en aprendizajes.
No obstante, cuando no se supera adecuadamente el proceso de separación puede experimentarse recurrente añoranza o nostalgia por la pareja anterior.
De acuerdo a Probst la nostalgia es el sufrimiento que se experimenta por el deseo de regresar. Es un sentimiento agridulce por el hecho de recordar mediante la reflexión o el contacto con estímulos externos una época pasada y relativamente feliz, que por otra parte lleva a la persona a tener conciencia de que no se está más en esa situación y que se desearía regresar a ella.
En esta ocasión un estudio tuvo como propósito conocer si experimentaban este suceso los jóvenes universitarios y las distintas formas que puede tomar.
Entre las preguntas que se realizaron figuraban:¿Has tenido una pareja muy importante en tu vida?,¿con qué frecuencia la recuerdas?, ¿qué tanto se parece la personalidad de tu pareja actual a esa otra pareja?, ¿Qué te motiva a mantenerte en tu actual relación? Y, finalmente una pregunta sin duda fuerte, ¿Regresarías con esa pareja?
Los resultaron mostraron que 91% de los hombres mencionaron sí tener una pareja significativa, contra el 77% de las mujeres.
Por otro lado tanto hombres como mujeres señalaron que lo que más les gustaba de su expareja era la forma de ser, la inteligencia, la honestidad, el carisma, la forma de pensar y la seguridad. Sin embargo los hombres señalaron con mayor frecuencia extrañar aspectos físicos, mientras que las mujeres aspectos afectivos como el “ser cariñosos” y los detalles.
Los hombres presentaron mayor frecuencia al momento de recordar a esa “ex pareja” con 38% contra 28% de las mujeres. Sin embargo ambos porcentajes resultan ser bajos.
Los momentos especiales son lo que provocan recordar a dicha pareja, así como la soledad. Para las mujeres resultan más significativas fechas de relacionadas a la pareja, cumpleaños, planes etc. Por su parte los hombres suelen acordarse de su pareja anterior en momentos de soledad.
Así mismo ambos sexos añoran bastante la parte afectiva de la pareja. No obstante resulta interesante que una personalidad similar, no es algo que mencionen buscar en su nueva pareja así como el género.
Finalmente pese a todas las ventajas añoradas de la pareja anterior, los universitarios señalaron que no volverían con su anterior pareja, pues su pareja actual cumple sus expectativas afectivas.
