¿Propósitos de año nuevo? Otra vez

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Cada Año Nuevo es la oportunidad perfecta para proponernos nuevas metas. Sin embargo muchas veces el desánimo se hace presente, incluso antes de iniciar alguna acción. No importa si antes no lo lograste, ¡este es tu año! Y puedes intentarlo de nuevo.

En primer lugar debemos dejar en claro que es conveniente que hablemos en términos de metas y objetivos antes que propósitos. La razón es que los propósitos solo pueden quedarse en buenas intenciones tal como la RAE lo plantea:

Propósito

Del lat. proposĭtum.

1. m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.

Lamentablemente un propósito nunca nos dice que tenemos que hacer ni cuál debería ser nuestro primer paso. Por lo que debemos pasar a establecerlo en términos de una metas y objetivos.

Metas y Objetivos

Al inicio vale la pena preguntarse: “¿Qué quieres lograr?”. Imaginemos que tu propósito es “aprender y conocer nuevos lugares”. En términos de una meta, tal vez podríamos hablar de: un intercambio, ingresar a una maestría en otro país e incluso trabajar en otro estado.

La meta se trata de el resultado final, es decir el lugar donde quieres estar. Generalmente se tratan de ideas emotivas, por lo que es indispensable que sea delimitada. Para esto te recomendamos seguir la metodología SMART.

S: Especifico (Specific)

M: Medible (Measureable)

A: Alcanzable(Attainable)

R: Importante (Relevante)

T: Tiempo límite (Time-bounded)

A partir de esto, nuestro propósito “aprender y conocer nuevos lugares” se transforma en algo como: “Realizar un intercambio en un Francia durante el periodo de otoño de 2018”.

Con este cambio nos encontramos con algo más concreto, pero faltan establecer los objetivos, es decir aquellos pasos para lograrlo. Estos suelen ser aún es más específicos y medibles. Al plantearlos asegúrate de hacer una pequeña investigación de que pasos te llevarán a tu meta, para evitar invertir tu tiempo, dinero o esfuerzo en algo que la aleje.

Nuevamente siguiendo la metodología SMART, nuestros objetivos serían algo así:

  • Realizar mi certificación de Alemán, obteniendo B2, antes de la fecha límite de entrega de papeles.
  • Asistir a clases de alemán para mejorar mi pronunciación todos los viernes a las 4:00 p.m.
  • Estudiar 3 sesiones a la semana, los temas más complejos vistos en clase para no bajar calificaciones.
  • Ahorrar 10% de mis ingresos mensuales para comprar mi boleto de avión para mi intercambio.

Sin importar tus propósitos esta manera de plantear aquello que queremos evita que sea un vago deseo, pues por el contrario se tratará de algo significativo para nosotros. Además de que al ser realista y tener elementos que lo pueden medir podemos conocer que falta por mejorar para alcanzar nuestras metas.