Nueva York.- En espera de la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington para su cita con Donald Trump en la Casa Blanca este miércoles, el debate sobre el encuentro continuó con líderes de inmigrantes y de legisladores demócratas, que critican la visita del mandatario mexicano que no los incluye, mientras altos funcionarios estadunidenses afirman que será una reunión entre dos líderes que difieren en su ideología pero que comparten el mismo mantra: México primero, por un lado, y America First, por el otro.
La visita de trabajo oficial que comienza hoy tiene tres partes: una reunión privada entre los dos mandatarios, un encuentro con sus respectivos equipos y culmina con una cena con empresarios de ambos países.
Ambos gobiernos han subrayado que la visita está enfocada en el tema de la entrada en vigor del tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), de cooperación económica y en materia de salud en el combate al coronavirus, entre otros puntos.
Pero de acuerdo con altos funcionarios del gobierno estadunidense, el tema de la migración también será central, sobre todo la cooperación histórica de México en frenar el flujo migratorio ilegal hacia Estados Unidos 85 por ciento, “algo que no podría haberse logrado sin la ayuda de López Obrador… y sus 25 mil guardias nacionales desplegados en sus fronteras norte y sur”.
Estos altos funcionarios, en comentarios antes de la visita a periodistas, resaltaron la cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico y subrayaron el reciente incremento de extradiciones.
Indicaron, al comentar que López Obrador visitara los monumentos a Benito Juárez y Abraham Lincoln antes de ingresar a la Casa Blanca, que la relación entre esos presidentes del siglo XIX a larga distancia pero respetuosa y firme es la que hemos buscando emular entre los dos líderes actuales.
Más críticas
Decenas de organizaciones de inmigrantes de diversas ciudades de Estados Unidos enviaron una carta abierta a López Obrador en la que expresan su rechazo a la visita, la cual consideran una bofetada en la cara para las familias mexicanas que vivimos en Estados Unidos y sufrimos cuatro años de ataques incesantes del gobierno antimigrante de Trump, sumándose a otros líderes que durante días se han opuesto a la vista o que lamentan que no incluya un encuentro con ellos.
Por otro lado, más legisladores demócratas continuaron criticando la reunión. El senador Robert Menéndez envió una carta a Trump en la cual lamenta la falta de inclusión en la visita de legisladores que ayudaron en la negociación del T-MEC y exige que se aborden soluciones para asuntos de inmigración; en otra misiva a ambos mandatarios por la diputada federal Verónica Escobar, de Texas, los insta a abordar la creciente crisis del Covid-19 en la frontera, incluido en su distrito de El Paso.
Llegada a un país en crisis
El presidente López Obrador arribó este martes a un país golpeado por tres situaciones críticas: una pandemia sin precedente, una crisis económica con algunos efectos comparables a la Gran Depresión y el movimiento de protesta social más grande de la historia de Estados Unidos.
Los casos de coronavirus en Estados Unidos superan 3 millones con más de 130 mil muertes, con un rebrote en decenas de estados, mientras Trump insiste en que la crisis ya está bajo control y que 99 por ciento de los casos son insignificantes. Ochenta por ciento de las muertes podrían haber sido evitadas si el presidente hubiera implementado medidas de mitigación dos semanas antes del inicio de la emergencia, según investigaciones de la Universidad de Columbia –lo cual implica que más de mil mexicanos en este país seguirían vivos.
La pandemia en Estados Unidos ha afectado más a los latinos, sobre todo los inmigrantes, quienes junto con los afroestadunidenses tienen una probabilidad de contagio tres veces más alta que los blancos y una tasa de muerte del doble, reporta The New York Times.
Por otro lado, Trump continúa acelerando su política antimigrante, la cual es clave para su relección. Fuentes del gobierno indican que buscarán, una vez más, anular la orden ejecutiva de Barack Obama de legalización temporal que protege de la deportación a unos 700 mil jóvenes, la gran mayoría mexicanos.
Mientras aún no se rinden cuentas por la separación de miles de niños inmigrantes de sus padres, muchos colocados en jaulas, algunos de los cuales aún no han sido reunidos con sus familias, bajo reglas de emergencia se impide ingresar al país a todo solicitante de asilo.
En tanto, el movimiento Black Lives Matter, que se calcula es la protesta social más grande en la historia de Estados Unidos (con una participación de 17 a 25 millones de ciudadanos), sigue expresándose por todo el país y ha sido declarado enemigo por el presidente y Trump amenaza con reprimirlo con fuerzas militares.
(La Jornada)