La Cuarta Transformación tiene en sus manos el poder resolver y atender lo que no se ha atendido, necesitamos que haya institucionalidad y se llegue al fondo de las cosas: IBERO Puebla.
Estudiantes de la IBERO Puebla, autoridades institucionales, académicos y administrativos se dieron cita para ovacionar de pie a Doña Hilda Hernández Rivera y Don Mario César González, padres de César Manuel González Hernández por la dignidad y lucha en la búsqueda de su hijo desaparecido la noche del 26 de septiembre del año 2014.
Así, entre lágrimas y aplausos la Universidad Iberoamericana Puebla a través de la Dirección del Centro Intercultural de Reflexión y Acción Social (CIRAS), llevó a cabo la Jornada Ayotzinapa Entre el dolor y la esperanza del Área de Reflexión Universitaria (ARU), con la finalidad de y que sirvió para reflexionar y refrescar la memoria ante un evento trágico que sacudió la vida estudiantil de un país, ya de sí, convulsionado ante la debilidad de las instituciones de justicia.
El Mtro. Mario E. Patrón Sánchez enfatizó que una Universidad Jesuita es una Institución histórica, y lo es porque sabe leer los tiempos, la realidad social y sabe vincularse con la sociedad. “Vincularse con el dolor del otro es entender y la IBERO Puebla desde hace cinco años ha buscado acompañar, desde la cercanía, la presencia de los padres de familia de los normalistas desparecidos”.
“Ayotzinapa representa un México podrido, y a las estructuras de poder que forman parte del crimen organizado. También representó desparecer a 43 estudiantes, matar a seis y fijar una nueva historia en la tercera ciudad más grande del Estado de Guerrero”, apuntó el Rector de la IBERO Puebla.
Conmocionado, como hace cinco años que defendió esta causa, el Mtro. Patrón Sánchez afirmó que no hay duda de que una tragedia del calado de Ayotzinapa es la combinación perfecta entre la mafia institucional y un cartel tan poderoso como Guerreros Unidos.
También recalcó que Ayotzinapa fue posible gracias a la impunidad, el gran cáncer del país. Destacó que lo que debió haber sido una investigación sin precedentes por parte del Estado culminó con la detención de 120 personas, de las cuales se han liberado a 70 involucrados. “Esto nos demuestra que en nuestro país es muy probable que existe mayor preponderancia de víctimas entre personas pobres”.
“Acompañar a los padres, es acompañarnos a nosotros por la no violencia, por la búsqueda de paz. Ayotzinapa marca dos momentos, un antes que nos muestra la mentira histórica donde se fabricaron culpables y pruebas, y un después que implica la etapa de supervisión internacional la cual desenmascaró al Estado y la red de mentiras que creó el Gobierno de Enrique Peña Nieto” precisó el Rector de la IBERO Puebla.
El Rector sentenció que, si esto no se resuelve, qué se va a resolver en este país, este gobierno de la llamada Cuarta Transformación tiene en sus manos la última oportunidad y el camino para generar esperanza en la institucionalidad. “A pesar de la tortura de no saber si están vivos o muertos, estos padres nos enseñan que puede haber un México distinto”.
Asimismo, el Mario Patrón Sánchez argumentó que los padres de familia de los desaparecidos en Ayotzinapa tienen algo en común: buscar a sus chicos. “Hoy estas 43 familias nos demuestran que, pese a mentiras y amenazas siguen en pie de lucha, por ello los invito a indignarse, pues la indignación nos lleva a buscar respuestas y construir criticidad”.
Finalmente, citando a José Emilio Pacheco, señaló que los padres nos invitan a hacer posible lo imposible, pues desde nuestra pequeñez y tras cinco años de lucha siguen de pie y eso es justo lo que les da grandeza. Así, con la voz entrecortada, agradeció a Doña Hilda y Don Mario por compartir con la IBERO Puebla su dolor y porque desde su ámbito siguen luchando por recuperar a sus chicos con dignidad.
Tras el mensaje del rector, Doña Hilda, entre llanto y memoria narró lo que ella y su esposo vivieron aquel 26 de septiembre, día que les marcó y cambió la vida para siempre. “Nosotros no comprendíamos como habían desaparecido, pensamos que estaban detenidos, pero no fue así”.
Don Mario, que le prometió a su hijo no llorar y de hacerlo, sería de felicidad el día que lo encuentre, no ha podido cumplir la promesa, “han sido cinco años de dolor, pero de esperanza, de conocer gente valiosa como Mario Patrón quien sin conocer a nuestros hijos se conmueve y lucha con nosotros”.
Con la voz entrecortada mencionó que el valor de su hijo por ir a Guerrero a estudiar y luchar por sus sueños, le enseñó la fuerza y pasión por la vida, aunque desgraciadamente también le mostró lo podrido que está el Sistema Judicial en este país.
“Mi hijo no es de diez, es solo un chamaco que quiere salir adelante, y a pesar de que no lo encuentro, lo felicito, estoy orgulloso de él porque estudió lo que quiso estudiar y luchó por lo que quería, por sus ideales. No se lo deseo a nadie, pero nosotros hacemos lo que haría cualquier padre de familia. Nos unió un dolor desesperante, no sé si existe dios, pero hoy creo nos merecemos la esperanza de encontrarlos vivos”.
Al término de las intervenciones el Mtro. Mario Patrón Sánchez entregó un reconocimiento simbólico a los 43 estudiantes y uno más a las 43 familias, mismo que al ser entregado impulsó en los universitarios la necesidad de gritar la insignia Porque vivos se los llevaron y vivos los queremos.
Por su parte, el Dr. Francisco Valverde Díaz de León, director general del Medio Universitario fue el encargado de abrir esta jornada de dolor, de nostalgia y de lucha por la búsqueda de 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. “Quien te quiere entender te entiende sin que hables…” con esa cita de Mario Benedetti recordó a los 43 que nos faltan desde hace cinco años y que puede ser el nombre de cualquiera de nuestros familiares.
Ahí el Dr. Francisco Valverde señaló que estos hechos marcaron la historia de este país, pero también fue un acontecimiento que nos invita como sociedad a seguir luchando y a encontrar en la esperanza un medio para borrar el horror humano que nos lastima y que representa el Caso Ayotzinapa.
“Esta jornada es un llamado a la conciencia, es la búsqueda de la verdad y la manera de entender el dolor de quien lo ha padecido, es el llamado a hacer un mundo más fraterno. Este espacio nos recuerda a 43 jóvenes que nos faltan, es para recuperar la brecha perdida y ver en cada uno de nuestros jóvenes a los que hoy nos faltan; queremos sembrar nuevos caminos de esperanza”, culminó el DGMU.
Antes de continuar con las actividades programadas por la Universidad, se llevó a cabo el pase de lista. Este estuvo encabezado por estudiantes (hombres y mujeres) de la Universidad, que al grito de vivo lo queremos nombraron a cada uno de los normalistas y exigieron justicia para ellos