Las infecciones asociadas a la atención sanitaria son el evento adverso más frecuente durante la atención sanitaria.
Urge generar estrategias para prevenir y controlar la diseminación de microorganismos resistentes a antibióticos en las redes hospitalarias de México, donde por este motivo recientemente se han registrado varios decesos, especialmente de recién nacidos.
La doctora Alejandra Méndez Pérez, Directora de la Clínica Sansce, señaló lo anterior y agregó que este problema no es privativo de nuestro país, sino que es a nivel mundial, ya que se calcula que cada año cientos de millones de pacientes se ven afectados por las infecciones asociadas a la mala atención sanitaria. “De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 10 por ciento de los pacientes desarrolla una infección mientras recibe tratamiento, con las siguientes consecuencias: estancias prolongadas, que en algunos casos pueden provocar discapacidad a largo plazo, aumento de la resistencia a antibióticos por parte de los microorganismos, incremento significativo de los costos asociados a la atención y en el peor de los casos, la muerte”.
Explicó que de acuerdo a una encuesta realizada por la OMS sobre la prevalencia de infecciones nosocomiales en 55 hospitales en el mundo, mostró que aproximadamente el 8.7 por ciento de los pacientes internados presentaron infecciones nosocomiales.
Las infecciones nosocomiales son más frecuentes en las unidades de cuidados intensivos y en pabellones quirúrgicos y ortopédicos. Las más frecuentes son las de heridas quirúrgicas de las cuales más del 50 por ciento son resistentes a los antibióticos, vías urinarias y neumonías, comentó.
La doctora Méndez apuntó que las infecciones nosocomiales u hospitalarias se presentan en los pacientes mientras reciben atención médica dentro de un hospital. Estas bacterias no las tienen presentes en ese momento ni se estaba incubando al momento de su ingreso, sino que aparecen mientras se encuentran en las instalaciones o hasta 90 días posteriores a su egreso.
La especialista hizo notar que a pesar de los avances que se han alcanzado en la atención hospitalaria y de salud pública, las infecciones en pacientes hospitalizados siguen siendo un problema en todo el mundo.
Algunos de los factores que pueden favorecer el desarrollo de las infecciones intrahospitalarias son una respuesta inmunológica deficiente por parte de los pacientes. Esto es particularmente importante en los adultos mayores y los niños, en aquellos con enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia renal, desnutrición así como en los pacientes oncológicos en tratamiento con quimioterapia.
Algunos pacientes ameritan procedimientos médicos y técnicas invasivas, como cirugías, sondas y catéteres, intubación y ventilación asistida y eso crea posibles vías de infección.
Otro factor importante es que los hospitales son lugares en donde suelen existir muchos pacientes con infecciones que pueden ser portadores de microorganismos patógenos y por lo tanto son focos potenciales de infección para los demás pacientes y para el personal de salud, y estos microorganismos están expuestos a un gran número de antibióticos lo que en ocasiones genera resistencia a los mismos.
Reiteró que la prevención y control de infecciones dentro de las instalaciones sanitarias es una práctica indispensable para evitar el desarrollo de infecciones tanto en los pacientes como en el personal de salud y constituye una responsabilidad de todas las personas y todos los servicios proveedores de atención de salud.
La prevención de este tipo de infecciones evita daño innecesario y en ocasiones la muerte, ahorra dinero, reduce la resistencia antimicrobiana y apoya la atención de alta calidad centrada en las personas de los sistemas de salud.
Finalmente, apuntó que existen muchas medidas de prevención y control de las infecciones como la higiene de las manos, que es una medida simple, barata y eficaz.