La acción climática durante y después de la pandemia

637
Foto: WRI México
Foto: WRI México

Declaración de Andrew Steer, presidente y director general del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

“Sin lugar a dudas, aplazar la fecha de la cumbre climática de las Naciones Unidas fue una decisión difícil, pero fue la correcta. El mundo necesita movilizarse de manera conjunta para combatir el virus y proteger a los más vulnerables de las secuelas económicas que resultarán de esta crisis de salud sin precedentes.

Sin embargo, no podemos darnos el lujo de elegir entre abordar la crisis de salud y la climática. Debemos afrontar ambas. La pandemia del COVID-19 es un trágico recordatorio de que los riesgos globales requieren una respuesta colectiva.  

Los líderes mundiales deben colaborar en identificar dichos riesgos y prepararse con antelación para hacerles frente, compartir información y movilizar los recursos para garantizar la seguridad y salud de sus ciudadanos y las demás personas.

Es indispensable que las naciones se tomen el tiempo necesario para ajustarse a la situación actual, y que a su vez aspiren a elevar lo máximo posible el grado de ambición de sus nuevos compromisos a asumir en el marco de la revisión de su contribución nacional determinada según lo establecido en el Acuerdo de París.  

Hoy más que nunca es urgente la adopción de medidas sólidas contra el cambio climático. Varios países –en particular las economías en desarrollo- tomaron ya el liderazgo en la materia y anunciaron que presentarán contribuciones nacionales determinadas mejoradas.

Pese a que celebramos su iniciativa, es crítico que las grandes economías se pongan al nivel y se fijen metas más ambiciosas. Dichas metas no deben estar desligadas de los planes de recuperación de la pandemia de cada país, sino que deben ser una parte integral de los esfuerzos nacionales para generar empleos, estimular el crecimiento económico, reducir los riesgos en materia de salud y construir economías más resilientes.

Los líderes mundiales deben comprometerse a ayudar a las comunidades devastadas no sólo a reconstruirse, sino a alcanzar una versión mejorada de sí mismas, y a aprovechar cada oportunidad posible para proteger y fortalecer a su población, sus economías y comunidades. Lo anterior incluye invertir en tecnologías bajas en emisiones de carbono y preparase para enfrentar crisis de todo tipo en el futuro.

Invertir ahora en infraestructuras y soluciones bajas en emisiones de carbono puede derivar en más empleos y una mayor productividad y valor agregado a la economía, en contraste con si se continúa por la senda tradicional de actividades contaminantes y con un alto componente de carbono.

Los líderes empresariales y el sector financiero comienzan a percatarse de los beneficios económicos de realizar inversiones no contaminantes y resistentes al cambio climático, y de los riesgos que supone apostar por la alternativa. Los gobiernos deben seguir ese ejemplo y aprovechar esta oportunidad para migrar a un crecimiento resiliente e inteligente climáticamente que beneficie a todas las personas y a la economía global.

Esperamos que las Naciones Unidas y el gobierno del Reino Unido avancen pronto con los arreglos y los pasos necesarios para establecer una nueva fecha para la celebración de la COP26.

Los alentamos a fijar una fecha cuanto antes en 2021 a la par que continúan sumando apoyos para la ejecución de acciones contra el cambio climático. Los afectados por esta pandemia están en nuestros pensamientos. Debemos unirnos para crear un mundo más seguro y fuerte para todos”.