Augusta y Ana Tere en la línea defensiva de Lalo Rivera

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DOMINIO PÚBLICO

Por Francisco Maravilla

La campaña dentro de la campaña. Cuatro mujeres estarían participando en las elecciones que se avecinan. Unas defendiendo, otras criticando o cuestionando, o viceversa. Ante la posibilidad de quedar en la indefensión de responder por la Ley de Violencia de Género, el equipo de Eduardo Rivera Pérez estaría formando una línea defensiva con Augusta Díaz de Rivera y Ana Teresa Aranda, quien a pesar de ya no pertenecer al PAN estaría operando a través de otros canales. Ambas con la experiencia necesaria en estos menesteres sería la dupla que pudiera influir en el electorado a favor del abanderado panista.

En el otro extremo, desde las sombras, estaría Fernando Manzanilla encabezando a los morenovallistas e intentando truncar las aspiraciones de Eduardo Rivera rumbo a la alcaldía poblana el próximo año. El exsecretario de gobierno estaría aplicando sus oficios electorales a través de Paola Migoya, antes cercana al gobernador Barbosa y ahora en su contra, y de Violeta Lagunes a quien está persuadiendo para sumarla a su estrategia.

A este escenario y no muy distantes de Augusta Díaz de Rivera y Ana Teresa Aranda, para reforzar el blindaje contra políticos radicales, anarquistas opositores y candidatos amañados, estarían la madrina política de Rivera Pérez, Josefina Vázquez Mota y los aliados panistas que comulgan con los fundamentales principios del PAN: Humberto Aguilar Coronado, Santiago Creel Miranda y Juan Carlos Espina Von Roehrich. Podría vaticinarse que con este cerco a prueba de fuego y francotiradores de campañas negras no prosperarían en su intento de descarrilar a Rivera Pérez.

Por otra parte el acorazado riverista, además del grupo de Manzanilla, estaría lidiando con la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, quien descartada por su partido para contender en las próximas elecciones, estaría impulsando a quien la suceda y allanándole el camino para arribar a la presidencia municipal que deja. Su candidato tendría que emerger de su administración o de su primer círculo. La actual secretaria del ayuntamiento, Liza Aceves, podría estar encabezando la lista de sus opciones.   

Contaminada y copada por el morenovallismo incrustado en su administración, aprovechará el cobijo de Rivera Vivanco para emprender un plan contra Rivera Pérez, una campaña de odio que vienen arrastrando desde hace años. Para los morenovallistas del grupo de Claudia Rivera las elecciones del 2021 serían su instrumento de posible negociación. De venganza más que de permanencia y su medio a la impunidad podría ser la presidenta municipal. Motivados por el odio no estarían buscando el triunfo en las urnas sino ser el lastre que lleve al fondo al candidato panista.

Lo pragmático en Morena es que sabe que no solo perderá la capital poblana sino otras presidencias municipales y varias curules. Para diluir su caída y proyectar que siguen siendo el “cambio” en la administración pública, el gobernador Miguel Barbosa Huerta pondera en su discurso el fortalecimiento de la democracia y la alternancia. El escenario de las pasadas elecciones cambió y el argumento ante su debacle, también. En el informe de gobierno de Rivera Vivanco, la euforia del triunfo electoral y el motor que impulsaba al ejecutivo local era otro. Le reclamó a la alcaldesa, tras exhibir su administración y la conformación de sus funcionarios, excluidos los morenistas, el mandatario le reprochó a Claudia Rivera: “esto es un cambio de régimen, no una alternancia”.