Si en nuestro país existiera un sistema robusto de innovación no estaríamos a expensas de las vacunas contra COVID-19 generadas en otras naciones, como Estados Unidos e Inglaterra. México ha pagado muy caro no ser un país innovador, dependemos en un 90 por ciento de los desarrollos generados en el extranjero, así lo indicó Martín Pérez Santos, jefe de Innovación y Empresas, de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento de la BUAP.
En el marco del Día Mundial de la Propiedad Intelectual, este 26 de abril, recalcó que este tema es crucial para el avance tecnológico y económico de nuestra sociedad, debido a que, particularmente las patentes, permiten el acceso a la información tecnológica generado por los inventores.
Las universidades y centros públicos de investigación contribuyen con el 38 por ciento de las patentes generadas en México (principal en los ámbitos farmacéutico y biotecnológico), mientras que el sector industrial mexicano aporta 32 por ciento. En los países innovadores las empresas participan con el 93 por ciento de las patentes, mientras que la academia con 7 por ciento.
“Dentro de las universidades podríamos alegrarnos de nuestra labor, pero transformar los inventos en innovaciones implica una fuerte inversión económica que muchas veces las instituciones no pueden solventar”, expresó.
A pesar de ello, señaló, tema de la propiedad intelectual en la Máxima Casa de Estudios de Puebla es un caso maduro y de éxito, pues a casi 10 años de la creación del sistema de patentes universitario, la BUAP es líder en el tema, gracias a sus casi 300 solicitudes de patente y casi 100 otorgadas.
Su crecimiento ha sido constante y efectivo al ser una de las tres instituciones a nivel nacional que han generado el licenciamiento de un fármaco a la industria. Además, en el 2020 se posicionó como la segunda institución a nivel nacional que más solicitudes de patentes ingresó ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, al empatar con el Instituto Politécnico Nacional, con un total de 25 ingresadas.
Aunado a esto, el doctor Pérez Santos mencionó que hoy en día se dirigen esfuerzos al fomento de la innovación universitaria, a través de cursos que habilitarán al estudiantado para generar innovaciones en su futuro empleo, así también mediante la vinculación universidad-empresa que permitirá a las y los profesores estar actualizados en tendencias y necesidades tecnológicas de las empresas de la región.
A pesar de la pandemia -dijo- el 2020 rompió récord de solicitudes de patente tipo PCT (Patent Cooperation Treaty), al registrarse más de 250 mil en el mundo. Los países líderes fueron China, Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur. Con respecto al 2019, las áreas que tuvieron mayor crecimiento fueron la farmacéutica (10.2 por ciento), biotecnología (6.3 por ciento) y tecnología computacional (1.9 por ciento).
Finalmente, el experto recalcó la importancia de la inversión, ya que sin esta seguiremos en el mismo punto de nulo crecimiento y dependencia tecnológica:
“Está ampliamente demostrado que nutre más a la innovación la inversión en formación e infraestructura científica que cualquier cosa; por ejemplo, las farmacéuticas trasnacionales, a pesar de su infraestructura de laboratorios, tienen una fuerte dependencia de las mentes científicas, mientras que en México el capital humano científico es prácticamente ignorado”.