Llaman a un manejo responsable de la información que no revictimice o promueva estereotipos
Los medios de comunicación tienen la tarea de transmitir a la sociedad los hechos que acontecen; esto implica encauzar la reflexión en el entorno en el que nos desenvolvemos y la forma de relacionarnos con el otro. Consciente de este reto, y en el marco de las conmemoraciones del Día Internacional de la Mujer, la BUAP realizó la conferencia “Feminicidios en medios digitales, un análisis del OVIGEM”, impartida por la periodista Samantha Páez Guzmán.
En la Facultad de Comunicación, Páez Guzmán, coordinadora del OVIGEM (Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación), detalló en su charla que la organización que encabeza fue creada en 2017, a partir de la cuarta recomendación que se generó de la solicitud de Alerta de Género emitida en 2016 en Puebla, por el número de feminicidios registrados en la entidad.
Como parte del proceso para atender esta solicitud, en un primer fallo, la Comisión Nacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (Conavim) dictó una serie de recomendaciones que implicaban la creación de un observatorio para el análisis de los contenidos en medios de comunicación, como promotores de estereotipos que agravan el problema de la violencia de género.
Los feminicidios en Puebla, según organizaciones civiles, se duplicaron en siete años, al pasar de 30 en 2010 a 106 para 2017, refirió la coordinadora de la OVIGEM. En un escenario adverso para las mujeres, el papel de los medios de comunicación fue analizado por este organismo, primero para identificar estereotipos de género y discriminación, analizar si se resguarda la información privada de las víctimas y victimarios, pero también para indagar si el tratamiento informativo de los feminicidios contribuye a la comprensión de este fenómeno social.
Entre los resultados que dio a conocer Samantha Páez de su último diagnóstico, mencionó que se consideraron 216 notas generadas de julio a septiembre de 2018, de 12 medios digitales que informaron de 20 casos de feminicidio en este periodo.
“En el análisis de los titulares, 52 por ciento farandulizó la violencia contra las mujeres, además de que se mencionaron detalles innecesarios y se utilizaron expresiones con el fin de generar impacto en el lector”.
El informe también señala que 49 por ciento de los titulares no deja claro que se trata de un feminicidio por lo que se invisibilizó la violencia de género, ya que solo el 33 por ciento mencionó el delito tipificado en su cabezal.
Samantha Páez advirtió además que el tratamiento que se le da a la información de feminicidios en Puebla abona poco a la conciencia sobre un fenómeno que lacera no solo a la víctima, sino a todo su entorno: familia, amigos y sociedad en su conjunto.
En este sentido, indicó que es una constante ver imágenes en las que se expone el cuerpo de las víctimas, o bien en la nota se hace hincapié en detalles del crimen e incluso se revela la identidad de la víctima (fotos del rostro, nombre completo, domicilio, lugar de origen) o del victimario, a pesar de que es una disposición legal no informar estos datos ya que pueden perjudicar el proceso judicial y por lo tanto el acceso a la justicia.
“Detectamos que 16 por ciento de las imágenes publicadas exponen de manera directa la violencia que sufrió la víctima; un 37 por ciento reproduce la violencia implícita (simulación de la escena del crimen) y 47 por ciento no reproducen la violencia”, señaló.
Para contrarrestar estos efectos en el mensaje que se emite al lector, la OVIGEM propone, entre otras medias, un uso de lenguaje adecuado, evitando los juicios implícitos y la reproducción de patrones y estereotipos que promueven la cosificación de las mujeres; asimismo, un manejo responsable de las imágenes para que estas puedan redignificar a la mujer y ofrezcan una idea de justicia para la víctima.
La intención es que a partir del análisis de contenidos se generen propuestas para adoptar un tratamiento responsable de la información que potencialice el respeto hacia la víctima y refleje un problema social en su justa dimensión, acercando al lector a una realidad libre de prejuicios que normalicen un problema tan sensible como el feminicio.