Con la entrada en la fase 2 de la contingencia sanitaria por el COVID-19, la economía de los países ha sufrido estancamientos ante la baja en el consumo de bienes y servicios. En el contexto mexicano, iniciamos el confinamiento en los hogares con un pronóstico de crecimiento de tasa baja. Por lo tanto, la pandemia representa un nuevo reto al que deben enfrentarse las y los mexicanos, también desde la óptica financiera.
Como explica el Dr. Miguel Ángel Corona Jiménez, académico en el Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla, “las afectaciones son para todos, tanto para la economía formal como la informal. La primera incluye a las pequeñas y medianas empresas, mientras que, en la segunda, son mayoritariamente empresas pequeñas”.
Los riesgos para las personas ubicadas en el sector informal se traducen principalmente en la incertidumbre, misma que se potencia con la falta de oportunidades de trabajo durante las fechas de guarda. Además, al no contar con seguridad social o salario base, estas personas se ven obligadas a salir a cubrir el salario del día y atenerse a los riesgos sanitarios que esto supone.
Para el Dr. Corona Jiménez, el papel del Gobierno mexicano es fundamental, pues se trata del principal agente económico que puede alentar la contención de la crisis y eventual recuperación. Esto debe buscarse, continuó, a través de medidas extraordinarias que procuren la protección de las y los más afectados.
Sobre la posibilidad de condonar el pago tributario, consideró que se trata de una medida razonable, pues haría sinergia con las medidas adoptadas por las bancas al tiempo que prioriza el bienestar poblacional. “No siempre estamos de acuerdo con que el gobierno se endeude, pero, quizá, es la alternativa para poder salir adelante en esta crisis”.
Podemos ayudar
Los últimos días han sido escenario de múltiples disonancias cognitivas entre representantes del sector público. Por un lado, se indica la cuarentena y se exhorta a las personas a resguardarse en sus hogares; por otro, se alienta el consumo local para reactivar la economía.
En búsqueda de un sano equilibrio entre ambas necesidades, el Dr. Miguel Corona Jiménez propone acciones puntuales:
- Comprar lo necesario para no generar desabasto artificial.
- Realizar las compras en una sola exhibición para no salir más de lo necesario.
- Consumir en los negocios más cercanos, pues, además de que activa la economía “del barrio”, representa una zona de menos aglomeración.
- De vivir en la lejanía, optar por compras en línea, pues ayuda a generar empleos en empresas de distribución de productos.
Comprar en la cercanía es comprar lo nuestro. Ayudar a las personas que no pueden trabajar desde casa activando la economía del micro y pequeño empresario y empresaria, contribuye a la manutención de negocios y empleos de las personas que están a nuestro alrededor. Consumir local es hacer comunidad.