Durante el congreso de la Society for Neuroscience que reunió a 30 mil científicos de todo el mundo
El Congreso 2018 de la Society for Neuroscience, el cual reunió a cerca de 30 mil científicos especializados en el estudio del cerebro, en San Diego, California, abrió las puertas a nuevas colaboraciones entre investigadores de todo el mundo con el trabajo que se desarrolla en el Laboratorio de Neurofisiología de la Conducta y Control Motor, del Instituto de Fisiología de la BUAP.
Los doctores José Ramón Eguibar Cuenca y Carmen Cortés, investigadores del Laboratorio de Neurofisiología de la BUAP, presentaron sus resultados más recientes en el tratamiento de la narcolepsia utilizando el modelo animal único conocido como rata TAIEP.
Los investigadores destacaron el interés que generó en la comunidad científica este modelo, ya que puede ser utilizado para probar fármacos que permitan tratar enfermedades como la narcolepsia con cataplejía, entre otros trastornos.
Carmen Cortés señaló que la rata TAIEP es idónea para el estudio de enfermedades neuronales, entre estas la narcolepsia, ya que el modelo desarrolla el padecimiento de manera similar como le sucede al ser humano.
“Es un trastorno que se caracteriza por episodios de sueño irresistible durante el día, donde predomina la vigilia, lo que genera que el paciente tenga somnolencia y, aunado a este signo, ante una emoción pierda el tono muscular y se desvanezca, experimentando un episodio de cataplejía”, explicó.
De acuerdo con la investigadora, durante años se utilizaron perros como el modelo clásico animal para el estudio de la narcolepsia-cataplejía; fue hasta 1998, cuando se descubrieron las neuronas orexinérgicas, que se decidió eliminar esa colonia de animales, quedándose sin una fuente de modelos para pruebas farmacológicas.
Las neuronas orexinérgicas, añadió, están ubicadas en la parte central del cerebro, en el hipotálamo lateral y concentran a las células del cerebro que se encargan de mantener al ser humano despierto; por ello cuando mueren, el sujeto presenta episodios de sueño excesivo.
“Tenemos un modelo muy útil porque podemos probar fármacos como lo es la orexina, de tal manera que podemos analizar la calidad del sueño mediante registros electroencelográficos. Analizamos cómo se modifica la estructura del sueño, es decir, cómo cambia la ritmicidad para que se presente la etapa de vigilia, sueño ligero y sueño profundo. La estructura y ritmicidad del ciclo sueño-vigilia se recuperan cuando se administra orexina”, detalló.
Resultados preliminares
Carmen Cortés añadió que en su modelo animal se registraban de cinco a seis episodios de cataplejía en un periodo de ocho horas, pero con la administración de la orexina se abolieron estos episodios.
Aclaró que aún siguen haciendo pruebas para completar el número de sujetos necesarios para sacar las conclusiones finales de este estudio; no obstante, registran un avance de dos tercios del total de la muestra necesaria.
“En estudios posteriores se planea hacer una curva dosis respuesta; es decir, administrar dosis más altas o más bajas y ver cuál es la mejor para obtener el efecto deseado. Mientras tanto, en los congresos internacionales, encontrarnos con otros investigadores de la misma línea y discutir nuestros resultados retroalimenta de manera diferente a cuando solo se lee un journal internacional: nos permite establecer los vínculos y acuerdos para probar nuevos fármacos que generen nuevos resultados”.