Aunque López Obrador busque mantenerse al margen de la crisis política de Venezuela, la creciente inmigración de venezolanos a México es un tema que su gobierno deberá atender
A pesar de que el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha decidido apelar a los principios de autodeterminación de los pueblos y de no injerencia en los asuntos internos de otros países contenidos en la Doctrina Estrada, para no posicionarse en torno a la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro, la creciente inmigración de venezolanos a México es un tema que su administración no podrá evadir.
El número de venezolanos que residen en México aumentó –al menos– en un 350 por ciento durante esta década, de 10,063 registrados en 2010, a 35,331 en 2017.
Adicionalmente, el Instituto Nacional de Migración otorgó 5,558 Tarjetas de Residente Permanente (TRP) a inmigrantes venezolanos entre enero y noviembre de 2018, según los registros de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
Esta cifra convierte a Venezuela en el país con el mayor número de migrantes regularizados en la República Mexicana, superando a Estados Unidos (4,684 TRP), hogar para miles de adultos mayores que convierten a México en destino para su retiro.
También supera la regularización de inmigrantes procedentes del triángulo norte de Centroamérica como Guatemala (1,854), El Salvador (2,296), y Honduras (2,672), que huyen de sus países debido a los altos índices de pobreza y de inseguridad que azotan a sus países.
Cambio de postura
Durante el sexenio de Enrique Peña nieto, la postura del gobierno federal ante la crisis venezolana era muy distinta a la adoptada por el gabinete de Andrés Manuel López Obrador.
Desde su integración el 8 de agosto de 2017, México formó parte del Grupo de Lima, un bloque de 14 países latinoamericanos que promovía una salida pacífica a la crisis en Venezuela, y exigía la renuncia de su presidente Nicolás Maduro.
El pasado 4 de enero 13 representantes de este grupo denunciaron que las pasadas elecciones nacionales venezolanas carecían de legitimidad, pues no habían contado con la participación de todos los actores políticos, ni con la presencia de los observadores internacionales independientes. Por ese motivo desconocieron también la legitimidad del triunfo de Nicolás Maduro.
El representante de la nueva administración lopezobradorista, Maximiliano Reyes, anunció durante la reunión sostenida en la capital de Perú, que el gobierno de México reconocía la presidencia de Maduro, pero que respaldaba el diálogo entre las partes para encontrar una solución pacífica a la situación que vive Venezuela.
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